A las 17.45 ya todo es una ronda. Dentro de la fuente central -sin agua- de la Plaza Islas Malvinas de la ciudad de Tres Arroyos, se apresta la pibada. Son cuarenta, quizás cincuenta jóvenes que buscan un lugar para no perderse el momento de la competencia. Gorras, tatuajes, mochilas, vino en cartón y murmullo. Una piba se arrodilla apenas y termina de cortar una botella de plástico que ya se llena de algo que va mutando en violáceos, con hielo.
El Alva pega un salto y se ubica en el medio de la ronda, dos escalones abajo, dentro de la fuente. “Antes de arrancar les pido que se acomoden los barbijos, por favor, en punga. Por un tema de si llega a caer la policía, por un tema de seguridad y por un tema de salud, es un golazo”. La banda se rescata y, medio que al mismo tiempo, algunxs se acomodan el trapo que les tapa la trompa. Después habla de tablas de posiciones, premios y pasa a presentar al jurado integrado por tres fenómenos que son, literalmente, ovacionado.
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Lo que sigue es parte de la mística, de la rima, del sonido. Lo que sigue al inicio y el desarrollo tiene que ver con el compromiso con la palabra, la réplica y la justa coronación de un concepto encendido en el momento acorde. Es el aplauso y la conciencia del otro, de la otra, en el desenlace final de un punto aparte. Es el destino poético de hombres y mujeres que se enfrentan para desarmarse en la cara, fece to face, una frase letal que haga vibrar a la masa y ubique en el universo de los nervios al oponente.
Lxs competidorxs se someten a la posibilidad de lo imposible. Se sumergen en los laberintos de sus pensamientos para irradiar algo nuevo, que hasta ellos mismos desconocen. Ahí está el tridente de jurado y El Alva levantando el ambiente. Ahí están los pibes y las pibas esperando ese destello de brillantez líricas que quizás explote hoy, de una vez y para siempre.
Cuando llaman a su turno, llegan al centro de la ronda lxs raperxs con una concentración absoluta. Miradas en el suelo hasta que comienza la batalla. Después se penetran los ojos, se avanzan, se agitan los brazos, se insultan. Los jurados observan, se ríen, aplauden. El público caldea el espacio a medida que lxs competidorxs van encontrando las palabras exacta. Se los ve apasionadxs, nerviosxs, futuro. Se los ve rodeando la posibilidad de un mundo propio, sin límites impuestos y con un respeto admirable.
Cuando van finalizando las batallas, se perciben los ganadorxs, se ven derrotadxs los que no lograron enganchar una frase, a los que se les trabó la lengua. El jurado jura y ellxs se abrazan, se festejan, se felicitan, se quieren.
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Pero después parece algo permanente, parece rodearlo todo cuando de pibes y pibas se trata. Cuando se trata de la orilla, del borde. Cuando se trata de lo extra oficial, del barro y los márgenes. Pero después es lo que nos reencuentra con el mundo hostil y miserable al que deben enfrentarse estxs poetas de la calle.
A mediados de marzo de este año, en el Balneario Reta, perteneciente al partido de Tres Arroyos, un grupo de jóvenes artistas pintó un mural con la figura de El Tincho en la plaza principal. La plaza principal, de una de las tres playas del distrito, es un verdadero espanto. Ese mural pretendía homenajear al joven fallecido el año pasado.
El Delegado de Reta, Oscar Toledo, entendiendo que el hecho era un claro acto de vandalismo, lo cubrió con pintura blanca al día siguiente. Las jóvenes encargadas de la obra de arte solicitaron una entrevista con Toledo que grabaron y difundieron a los medios locales. “Faloperas de mierda, tienen la cabeza quemada”, fueron solo algunos de los adjetivos del funcionario público para con lxs artistas, que justificó una y otra vez. “Solo graban lo que les conviene. Yo estoy tranquilo porque conozco a esta gente, son un grupo que cada vez se está haciendo más grande y creo que habría que tener un poquito más de cuidado. Se los dije y se los voy a seguir diciendo”.
Pero después, esta vez es un después distinto. Bajo una fuerte organización, raperos de la ciudad y de la playa y artistas, volvieron a las plazas para hacer música y para darle todos los colores y la sonrisa de El Tincho a ese mural necesario. Entonces, ahora sí, Oscar Toledo se vio obligado a entregar su renuncia, que fue aceptada.
Ante la noticia publicada en el diario local, todavía se lee el comentario de un tal Marcelo que reza: “Yo lo taparía con un mural de Videla, así se asusta tanto zurdaje que invadió Reta. Con razón tantas casas y lotes, se convirtió en un pueblo de mierda ya”.
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Hay cosas a las que no se les puede dar ni una vuelta. Es como si acaso fuesen así o se hubieran ido haciendo así. No se le puede dar una vuelta manzana a la Plaza Islas Malvinas de la ciudad de Tres Arroyos, por ejemplo. Plaza que homenajea en un monumento -no mural- a nuestros héroes de Malvinas Hugo Belón, José Luis Gómez, Mario Lelmini, Carlos Muelas, Roberto Reducindo, Jorge Carrizo, José Luis Minor, Juan Luis Van Waarde, Marcelo Capriata, Héctor Calleri, Mauricio García, Luis Alvarado, Carlos Melo y Héctor Volponi.
Pero hay cosas a las que se les pueden dar cientos de vueltas, de atrás para adelante, desde los costados, con un abrazo, con una seña, con un aplauso en la espalda, con una mueca de certeza. A esa ronda que se convocó en una fuente sin agua para tirar rimas en tribu, se le pueden dar infinitas vueltas. Porque esa ronda rueda, va girando. Va desembarcando en las plazas y los parques, se va ensanchando.
Y lxs pibxs se van haciendo más grandes, van saliendo del nido. Algunxs ya se fueron a otras ciudades, cosa bien característica del pago chico. Y van llevando a esos nuevos terruños el recuerdo y el flow, la selfie y alguna rima mal grabada, el encanto de la convicción de estar haciendo historia por un rato.
El Alva, de reojo, ve pasar un patrullero que esta vez no se detuvo y que, muy a su pesar, no podrá dar la vuelta a la manzana para ver en qué anda la pibada. Ve también que se va cerrando la noche, que las luces son tenues, que ya se terminaron las batallas, que está haciendo frío. Se despide prometiendo una próxima juntada y se queda hablando con El Chure, tranquilos ambos, satisfechos, gloriosos.
Excelente nota, eternamente agradecido por el soporte que siempre nos dan a los pibes del movimiento!!
ResponderEliminarMuy buena nota
ResponderEliminar"el encanto de la convicción de estar haciendo historia por un rato"
ResponderEliminarpor un rato y para siempre, para que el movimiento crezca y la cultura sea prioridad en un pueblo que va perdiendo sus canas para rejuvenecer en arte y comunidad